Jordania, en las primeras eras cristianas, fue destino y refugio para decenas de miles de cristianos, habiendo sido tierra santificada por la santidad de los profetas y mártires y por Nuestro Señor Jesucristo, que vivió en ella toda su vida y realizó en ella, con su gloriosa autoridad, milagros sobrenaturales. Con la persecución romana, el suelo del Jordán fue santificado con la sangre de miles de mártires, habiendo mencionado y conservado la Iglesia muchos de sus nombres.
La historia de la Iglesia menciona que el suelo del Jordán fue santificado con la sangre de los mártires que se enfrentaron a la muerte en defensa de su fe y de su religión, y que decenas de miles de monjes y santos ascetas vivieron en el desierto del Jordán para rezar y adorar a Dios.
“La sangre de los mártires es semilla del cristianismo”, y las semillas del cristianismo en Jordania se remontan a sus primeras generaciones, cuando el estado romano los perseguía, por lo que cerraban las puertas de sus casas para realizar el culto debido a Dios, y solían refugiarse en cuevas y cementerios para cumplir con el deber de la oración colectiva. La cueva ubicada en Dir al Latin, en el municipio de Adir (Gobernación de Al Karak), es la mejor prueba de ello, ya que las cruces que se encuentran en ella se remontan al final de la primera generación o al comienzo de la segunda generación del cristianismo, y se encuentran entre los monumentos cristianos más antiguos del mundo cristiano.
La historia de la Iglesia menciona muchos mártires en Jordania, incluidos, entre otros, en Petra el obispo Asterio; en Al Karak, Diodoro y Teófanes; en la casa de Ras (Capitolias), Pedro el sacerdote; en Umm Qais (mural), el diácono Zakaria y su colega Alphonse de Lod; en Tabqet Fahel (Pella), el diácono Zakaria durante el reinado del emperador Diocleciano. La historia también menciona a los mártires de Qurayyat y del valle de Aravá.
En Amán (Filadelfia) la historia ha mencionado una serie de mártires, entre ellos: Cyril, Aquila, Pedro, Profeso, Munther, Diodorus y Eleanus. Los historiadores mencionan en detalle el martirio de Zeno y Zenas, martirizados en Amán el veintitrés de junio del año 304 d.C., durante la época del emperador Maximiano. Y el Día de los Mártires Cristianos de Jordania se celebra el 23 de junio de cada año.
El historiador Eusebio de Cesarea mencionó que innumerables confesores de la fe cristiana fueron llevados a las minas de cobre en Palestina, y actuaron con tanta audacia que construyeron lugares de culto. El gobernador de la región era un hombre malvado y sin piedad. Escogió a los cuatro que parecían ser los líderes y los envió al comandante de los ejércitos en esa región. El comandante del ejército les ordenó negar su fe y, ante su negativa, fueron condenados a muerte en la hoguera. También mencionó que Silvano, el obispo de Gaza, fue martirizado allí, junto con otros treinta y nueve, así como los obispos Peleo y Nilus que fueron martirizados en la hoguera, y el sacerdote Pamfil de la ci Más información ...