Se cree que Nuestro Señor Jesucristo y sus discípulos, y la Virgen María, pasaron por Anjara en las colinas de Galaad, y descansaron en una cueva allí durante el viaje entre el Mar de Galilea, Decápolis, Betania al otro lado del Jordán, y Jerusalén. La cueva en Anjara siguió siendo un lugar sagrado para los peregrinos, y recientemente se construyó una iglesia y un santuario mariano en nombre de Nuestra Señora de la Montaña, como uno de los cinco sitios aprobados por el Vaticano para la peregrinación cristiana en 2000.
La ciudad de Anjara se encuentra en la antigua calzada romana que venía del valle del Jordán y se dirigía al este de Gerasa (actual Jerash), y se llamaba Ain Jariya. Con el paso del tiempo, su nombre pasó a ser Anjara. Este manantial era un punto de descanso para los usuarios de la antigua calzada romana que se dirigía a la ciudad romana de Jerash, una de las diez ciudades.
Partiendo de ello, el difunto Padre Youssef (José) Nemat, sacerdote del Patriarcado Latino, construyó el santuario de Nuestra Señora de la Montaña en honor de la Virgen María, porque consideraba que Nuestro Señor Jesucristo pasaba por ella con sus discípulos y mujeres, incluida su madre, y se detuvieron a contemplarla, como todo transeúnte en el camino de Jerash. También es una tradición cristiana que Nuestro Señor Jesucristo pronunció un sermón sobre la santidad del bendito sacramento del matrimonio desde esta bendita área.
El nombre "Nuestra Señora de la Montaña" hace referencia a la naturaleza geográfica en la que se encuentra este santuario, las famosas Montañas de Galaad. En 1971, el Padre Nemat, entonces párroco, construyó una pequeña cueva de piedras y colocó en ella la figura de la Virgen María, Nuestra Señora de la Montaña. Y en 1989, el santuario se amplió para dar cabida a la mayor cantidad de visitantes, ya que su número aumentaba constantemente. Y en el año del gran jubileo, en el año 2000, el Papa Juan Pablo II aprobó cinco lugares de peregrinación en Jordania, y el santuario de Nuestra Señora de la Montaña fue uno de estos cinco lugares.
La figura de la Virgen, Nuestra Señora de la Montaña, representa una maravillosa vista del Inmaculado Corazón tallado en su pecho, y lleva en brazos al Niño Jesús, señalando con una mano el corazón de su madre, y con la otra al cielo, en señal de la intercesión de la Virgen María. Cuando el creyente entra hoy en el santuario, ve dos grandes galerías cubiertas de iconos dibujados por un artista inglés a petición de los Padres del Verbo Encarnado, que simbolizan los misterios del Rosario. En la galería de la derecha están los misterios dolorosos y los misterios gloriosos, y en la galería de la izquierda están los misterios gozosos y los misterios luminosos.
Se llevaron a cabo muchas obras sucesivas para aumentar la capacidad del santuario. Y en 2019, el santuario y su patio delantero fueron completamente restaurados. Hoy, la Iglesia Latina en el Reino celebra una jornada de peregrinación al santuario mariano el tercer viernes de junio de cada año.